La fosa que seguiría existiendo en Villarroya, aunque no existe signo alguno que señalize ni su existencia ni su ubicación exacta, se halla en el antiguo recinto del cementerio civil, hoy en día totalmente abandonado y en un estado de dejadez verdaderamente lamentable. Las coordenadas se ofrecen a título estimativo, si bien el viejo recinto es sumamente pequeño. Contendría los restos de un vecino de la propia Villarroya del que los informantes sólo supieron decirnos que era apodado “Concheta”. Fue asesinado entre este pueblo y la cercana localidad de Clarés de Ribota. Según se dice en ambos pueblos, en un primer momento la víctima sobrevivió a su fusilamiento, que tuvo lugar en el “Barranco del  Mal Amigo”, y quedó malherido al borde de la carretera mientras sus verdugos reemprendían viaje hacia Clarés en el mismo camión que había transportado a su víctima hasta ese lugar. A su regreso desde Clarés, donde habían detenido a Santiago Lafuente Barbero, los pistoleros comprobaron que su primera víctima respiraba todavía y procedieron a rematarla a sangre fría. Uno de sus hermanos logró huir a Francia, donde residiría permanentemente tras la guerra.

Otras víctimas de la represión ejercida por los sublevados: Varios vecinos de Villarroya de la Sierra -las fuentes orales no se ponen de acuerdo en la cifra total- fueron asesinados en los alrededores del pueblo de Aluenda tras ser sorprendidos cuando intentaban llegar a zona republicana junto a otras personas procedentes de otros lugares. Entre los asesinados en el pueblo se contarían los hermanos Manuel y Antonio Lapeña Altabás, Joaquín Chueca Barbero y Cirilo Martínez Portero (todos ellos asesinados en Calatayud), los hermanos Francisco y Pablo Arrués Lascuebas, Ildefonso Herrero Bernal, José Alcaín Agreda y Obaldo Millán Aranda, que aparecen como asesinados en la propia Villarroya de la Sierra. El vecino José María Lázaro Aguarón habría sido asesinado en Alagón. Fuentes orales también mencionan entre las víctimas a Pascual Martínez, a Ramiro y Manuel Lapeña  y a los hermanos Ramón y Manuel Chueca, datos que ha sido imposible comprobar fehacientemente.

Otras víctimas de la guerra en la localidad: Alrededor de una decena de jóvenes soldados procedentes de Villarroya de la Sierra murieron en los frentes de combate junto a las tropas rebeldes.

La fecha de los acontecimientos es aproximada