
Para terminar con las novedades correspondientes a 2024, fruto de nuestro empeño en seguir mejorando la información ofrecida a través de nuestros catálogos web, os informamos de que hemos incorporado a nuestras bases de datos y publicado 1142 fo...
La Casa Barberán es uno de los principales edificios civiles de Caspe. Realizado a principios del s. XVII, probablemente en 1627, combina el lenguaje barroco con elementos renacentistas.
Erigido sobre un solar que presenta un fuerte desnivel, por lo que la entrada posterior se realiza a la altura de la entreplanta de la planta baja.
Su fábrica es de sillar y consta de tres plantas: la baja, la noble y el ático, que han sufrido muchas modificaciones en su distribución espacial interior, especialmente tras la rehabilitación del edificio para convertirlo en Casa Cultural de la Villa. La fachada principal presenta un aspecto simétrico, el cual no se corresponde con la primitiva fachada de la casa, que era asimétrica.
La planta baja cuenta con tres puertas simétricas en el eje de los huecos de plantas superiores, que daban acceso a locales comerciales. La planta noble, cuyo aspecto original se mantuvo en las sucesivas transformaciones, se destaca exteriormente por medio de tres balcones, de los que el central es el de mayor tamaño, diferenciándose además de los laterales por presentar su vuelo recto frente al curvo de estos últimos. El balcón central presenta jambas a modo de columnas compuestas, sobre sendos basamentos de forma convexa; estas jambas sostienen un entablamento y frontón curvo partido, terminado en volutas, mientras que los balcones laterales se coronan con frontón triangular apoyado sobre cartelas, albergando el centro del tímpano una concha gallonada, motivo presente en otras edificaciones caspolinas. De nuevo una imposta separa esta planta de la planta superior, en la que se abren tres vanos adintelados, enmarcados por jambas que sostienen un arquitrabe sobre el que apoya una concha gallonada flanqueada por dos remates piramidales en los extremos.La fachada se remata con un alero de madera muy volado, sobre una imposta corrida decorada con 21 modillones.
En su interior la casa Barberán pertenece a la tipología de planta articulada en torno a una escalera central, organizando sus estancias en planta baja (posteriormente dividida en baja más entreplanta), planta noble y planta superior o ático.
La escalera de acceso a las plantas superiores se encuentra en el centro, y presenta cuatro tramos, destacando la barandilla de hierro forjado y las molduras horizontales con escudos en las esquinas que aparecen en el remate de la escalera.
Ésta, que posee iluminación cenital, da acceso a la planta noble mediante una puerta sobre la que aparece una gran concha gallonada. La planta noble presenta diversas salas de gran tamaño cuyas paredes se decoraban con pinturas murales, y que conservaban interesante carpintería en puertas y ventanas.
La parte posterior de la planta noble se prolonga mediante un ala donde se ubica una estancia cuadrangular destinada a capilla, cubierta por una cúpula sobre pechinas, decorada con pinturas la primera, y con escudos coloreados en las segundas; la iluminación de esta capilla tiene lugar a través de una linterna que remata la cúpula.
La plata superior de la casa alberga una serie de estancias de escasa importancia, que han sufrido notables transformaciones a lo largo del tiempo.La más importante modificación que sufrió el espacio interior de Casa Barberán consistió en la compartimentación de la planta baja original con la colocación de un forjado que dio lugar a la creación de una entreplanta, reservando la planta baja resultante para alojar locales comerciales.
La escalera original también sufrió transformaciones para la adaptación del edificio a su nuevo uso, destacando el añadido del último tramo para comunicar la planta noble con la superior, inexistente en un principio, y que sería suprimido para sustituirlo por una escalera secundaria, tal como era en un principio.
El momento álgido de construcción de puentes en nuestra región, cuando se levantaron más y mejores obras, tuvo lugar entre los siglos XIII y XVI. Tras haber conocido en nuestro anterior podcast las circunstancias históricas que rodearon y favorecieron la eclosión de este fenómeno durante la baja Edad Media, hoy os proponemos emprender un viaje. A lo largo de antiguas rutas comerciales, cañadas trashumantes y caminos de peregrinación, recorreremos las tres provincias aragonesas, atravesaremos los puentes más interesantes y os descubriremos los más recomendables para visitar.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002